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Monday, November 27, 2006

Diagnóstico oportuno clave en la prevención de cáncer de próstata

· En México, más de la mitad de los pacientes acuden a la atención médica cuando presentan la enfermedad avanzada

El cáncer de próstata es el crecimiento de células malignas en la glándula prostática, que tienden a crecer lentamente y pueden extenderse a otros órganos y tejidos, incluyendo los huesos. Muchos varones se resisten a realizarse una revisión física (que siempre incluye un tacto rectal) por diversas razones sobre todo de orden meramente cultural, además de la falta de información médica adecuada acerca de las visitas periódicas al médico. El diagnóstico en etapas tempranas mejora el resultado de los pacientes, ya que incrementa la posibilidad de recibir un tratamiento curativo o la oportunidad de al menos retrasar significativamente la progresión de la enfermedad.

Según el doctor Miguel Ángel Jiménez Ríos, Jefe del Departamento de Urología del Instituto Nacional de Cancerología (INCAN), explicó que algunos factores de riesgo en los hombres, incluyen a aquellos pacientes que hayan tenido familiares directos (papá o hermanos) con el mismo problema, así como hábitos de vida que pueden afectar la salud, como el alto consumo de grasa animal, obesidad, niveles altos de colesterol y sedentarismo. Además, agregó que el factor genético también juega un papel importante en su aparición, pues es más frecuente en los hombres de raza negra que en los asiáticos o sajones.

Los síntomas del cáncer de próstata temprano son difíciles de detectar; sin embargo, cuando se presentan, pueden incluir: retraso / vacilación o dolor al pasar la orina, necesidad de orinar más frecuentemente de lo normal (especialmente en la noche), goteo, sangrado en la orina (este síntoma es muy raro), disfunción eréctil y dolor de espalda.

Son cuatro las etapas de esta enfermedad. La primera es cuando las células cancerosas empiezan a concentrarse en torno a la glándula. En la segunda etapa aparece un nódulo en la zona periférica de la glándula y existe la posibilidad de palparlo a través de la exploración rectal.

Desafortunadamente en México, más de la mitad de los pacientes acuden a la atención médica cuando presentan la enfermedad avanzada (cuarta etapa) cursando además anemia o fracturas, síntomas de metástasis, con lo que no sólo se reducen las opciones de curación de la enfermedad, sino también la calidad de vida.

El doctor Jiménez Ríos señaló que en la actualidad existen diversas formas para su trata- miento. Para los pacientes cuyo tumor se encuentre avanzado, y exista infiltración a vesículas seminales, vejiga, recto o grasa periprostática o con metástasis, es necesario recurrir al Bloqueo Androgénico, que puede ser quirúrgico (extirpando los testículos) o con medicamentos antiandrogénicos como la goserelina y la bicalutamida, y cuyo efecto terapéutico busca reducir la concentración de la testosterona (producida en los testículos), que es la hormona que estimula el crecimiento del tumor.

Esos fármacos, que desde hace 15 años se encuentran en el mercado mexicano y están en el cuadro básico de medicamentos, permiten realizar el bloqueo sin la necesidad de recurrir a la extirpación de los testículos, obteniendo los mismos resultados. Además, reducen el dolor producido por las metástasis óseas en los pacientes, una de las complicaciones más severas del cáncer de próstata avanzado.

Pero lo ideal es la prevención, por ello trate de hacer un paréntesis en su agenda para realizarse un chequeo completo, y visitar al urólogo que es el especialista que puede detectar cualquier anomalía a tiempo.

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