Es por tu salud

Wednesday, July 08, 2009

¿A qué le temen los hombres?

El 30 por ciento de los hombres mayores de 50 años están en riesgo de desarrollar cáncer de próstata. A pesar de ser una enfermedad prevenible y curable, si se detecta a tiempo, el enemigo a vencer es el machismo, ya que los mexicanos no se realizan el tacto rectal, principal estudio para detectar el cáncer de próstata, lo cual, como consecuencia deriva en que un gran porcentaje de la población masculina llegue a la atención médica cuando la enfermedad está muy avanzada.

El cáncer de próstata es el crecimiento de células malignas en la glándula prostática, que tienden a crecer lentamente y pueden extenderse a otros órganos y tejidos, incluyendo los huesos. La próstata se encuentra justo detrás del hueso del pubis, en la base de la vejiga frente al recto y es del tamaño de una nuez. La función de esta glándula es producir secreciones que ayudan a nutrir el esperma.

Según el Registro Histopatológico de Neoplasias Malignas emitido por la Secretaría de Salud, en México se registraron 5,912 casos nuevos y 4,030 defunciones por cáncer de próstata en el año 2001.

De acuerdo con datos proporcionados por la Sociedad Mexicana de Oncología (SMeO), en los hombres, 17.1% de las defunciones por tumores malignos corresponden al de próstata y 16.6% al de tráquea, bronquios y pulmón.

Algunos factores de riesgo incluyen a aquellos pacientes que hayan tenido familiares directos (papá o hermanos) con el mismo problema, así como hábitos de vida que pueden afectar la salud, como alto consumo de grasa animal, obesidad, niveles altos de colesterol, sedentarismo y fumar tabaco.

Los síntomas del cáncer de próstata temprano son difíciles de detectar; sin embargo, cuando se presentan, pueden incluir: retraso / vacilación o dolor al pasar la orina, necesidad de orinar más frecuentemente de lo normal (especialmente en la noche), goteo, sangrado en la orina (este síntoma es muy raro), disfunción eréctil y dolor de espalda.
El diagnóstico en etapas tempranas mejora el resultado de los pacientes, ya que incrementa la posibilidad de recibir un tratamiento curativo o la oportunidad de al menos retrasar significativamente la progresión de la enfermedad. La mejor combinación de exámenes para descartar toda posibilidad es el tacto rectal, el antígeno prostático (prueba de laboratorio) y la biopsia guiada por ultrasonido, que juntos dan un 98 por ciento de efectividad en el diagnóstico.

Más de una tercera parte de los cánceres pueden prevenirse y el de próstata no es la excepción, según datos proporcionados por la Sociedad Mexicana de Oncología. Por ello, es necesario hacer un paréntesis en su agenda para realizarse un chequeo completo y detectar cualquier anomalía a tiempo.